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Publicado el día 16 de septiembre de 2010
Fotos: Técnico Subjefe Carolina Chacón
En compañía de los Altos Mandos Militares de la Fuerza Aérea, ayer en el Panteón Militar del Cementerio Jardines de Paz se llevó a cabo la inhumación del señor Subteniente William Edilberto Caviedes Castro, fallecido en el accidente aéreo de la aeronave tipo King 350 con matrícula FAC 5747, el 7 de septiembre de 2010.
La tristeza cubre con sus alas nuestras tropas porque seis de nuestros amigos y compañeros han partido al paraíso, en donde se reportarán en frente del Comandante Supremo y allí en su presencia darán por última vez parte del deber cumplido.
Con su partida dejan atrás gratos recuerdos de sus logros, sus sonrisas, sus palabras y de todo su ser. Este no es un adiós, es un hasta luego porque pronto nos reuniremos de nuevo y podremos compartir con ellos tantas cosas, que su pronta partida, nos lo impidió.
Nuestro corazón esta de luto, pero con la absoluta certeza que hasta en el último suspiro ellos mostraron el coraje, la fuerza, la entereza y el amor por la patria que caracteriza a nuestros Caballeros del Aire, ese amor que se demuestra al entregar por otros hasta la propia vida para protegerlos de los enemigos de la paz; ese amor que siempre estará presente en los que dejaron atrás y que se reflejó en los abrazos para sus familias y en el apoyo para con sus amigos y compañeros.
Este no es un adiós, es un hasta pronto porque su semilla germinará en nuestras almas en donde sembraron con su ejemplo un faro de luz que guiará nuestros pasos buscando esa anhelada paz que tanto queremos los colombianos.
Con su partida dejan atrás gratos recuerdos de sus logros, sus sonrisas, sus palabras y de todo su ser. Este no es un adiós, es un hasta luego porque pronto nos reuniremos de nuevo y podremos compartir con ellos tantas cosas, que su pronta partida, nos lo impidió.
Nuestro corazón esta de luto, pero con la absoluta certeza que hasta en el último suspiro ellos mostraron el coraje, la fuerza, la entereza y el amor por la patria que caracteriza a nuestros Caballeros del Aire, ese amor que se demuestra al entregar por otros hasta la propia vida para protegerlos de los enemigos de la paz; ese amor que siempre estará presente en los que dejaron atrás y que se reflejó en los abrazos para sus familias y en el apoyo para con sus amigos y compañeros.
Este no es un adiós, es un hasta pronto porque su semilla germinará en nuestras almas en donde sembraron con su ejemplo un faro de luz que guiará nuestros pasos buscando esa anhelada paz que tanto queremos los colombianos.
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