...LA INTERNET...
LO POSITIVO
La internet tiene como aspecto positivo la facilidad de aprendizaje rapido y la comunicacion por medio de redes. la internet es util e impacta de manera fundamental en el trabajo, el ocio y el conocimiento, pues gracias a este muchas personas a nivel mundial y global tienen acceso rapido a informacion en linea .
En este sitio las personas pueden acceder a mas conocimiento comprando bibliotecas en inciclopedias tambien accediento a programas y sitios wed que son puestos por usuarios de red como tutoriales o videotutoriales educativos.
LO NEGATIVO
Los aspectos negativos de la internet estan en sus redes sociales como la mensajeria instantaneas o chat y el correo electronico son los sitios mas usados a diario pero en muchas ocaciones no hay una buena responsibilidad de uso por parte de los navegantes, la internet se ha vuelto muy fundamental para los jovenes y para muchas personas por esta razon se puede convertir como en un problema fundamental ya que esta ha influido mucho en la personalidad y identidad de cada uno por sus componemntes ya que influye mucho en lo cultural.
viernes, 22 de octubre de 2010
jueves, 21 de octubre de 2010
LiCeO INtegrado dE zIpAquirA
HIMNO DEL LICEO INTEGRADO DE ZIPAQUIRA
La virtud, el deber, la sapiencia
nuestra meta en el claustro han de ser
como guia de altisima ciencia
para el triunfo final obtener.
Gloria a Dios y a la patria querida
que el señor de arriba nos ve
gloria eterna a quien dionos la vida
y nos trajo de cristo la fé.
Estudiantes alegres marchemos
que el colegio es risueño vergel
Con tesón y entusiasmo estudiemos
que es la norma de nuestro plantel.
De los grandes al lado marchemos
profesando su credo inmortal,
y tambien victoriosos cantemos
loor por siempre al Liceo Integrado.
¡Salve tierra de proceres cuna,
tierra buena y tesoro de sal,
como tu no hay acaso ninguna
do se colma ansiado ideal!
lunes, 11 de octubre de 2010
HImNO fUeRzA aErea cOlomBIAnA
Letra: Coronel Art. Alvaro González Q.
Música: Maestro Omar Rengifo
Música: Maestro Omar Rengifo
Coro
Cielo Azul de Colombia la grande
Blancas nubes o rojo arrebol;
Triunfadores crucemos el Ande
Entre nubes, tormentas y sol.
I Estrofa
Aviadores, al flanco las alas,
El timón en la mano serena
A nuestra arma la adornan las galas
De su reto a la gloria suprema.
Cielo azul...
II Estrofa
Cruzaremos el Ruiz y el Tolima
Los penachos de altivos volcanes,
Alcanzando anhelosos la cima
Que vigila orgullosa dos mares.
Cielo azul...
III Estrofa
En los blancos girones, de un velo
De las nubes saltar a luchar,
Descender con arrojo del cielo
A morir por la patria o triunfar.
Cielo azul...
IV Estrofa
En las naves gaviotas de luces
Al impulso del raudo motor,
Nada importa que surjan más cruces
Siendo halcones del gran tricolor.
Cielo azul...
V Estrofa
Soy soldado con alto decoro,
Soy piloto la selva me llama;
Nuestro avión como flecha de oro
Va buscando en la altura la fama.
Cielo azul...
Cielo Azul de Colombia la grande
Blancas nubes o rojo arrebol;
Triunfadores crucemos el Ande
Entre nubes, tormentas y sol.
I Estrofa
Aviadores, al flanco las alas,
El timón en la mano serena
A nuestra arma la adornan las galas
De su reto a la gloria suprema.
Cielo azul...
II Estrofa
Cruzaremos el Ruiz y el Tolima
Los penachos de altivos volcanes,
Alcanzando anhelosos la cima
Que vigila orgullosa dos mares.
Cielo azul...
III Estrofa
En los blancos girones, de un velo
De las nubes saltar a luchar,
Descender con arrojo del cielo
A morir por la patria o triunfar.
Cielo azul...
IV Estrofa
En las naves gaviotas de luces
Al impulso del raudo motor,
Nada importa que surjan más cruces
Siendo halcones del gran tricolor.
Cielo azul...
V Estrofa
Soy soldado con alto decoro,
Soy piloto la selva me llama;
Nuestro avión como flecha de oro
Va buscando en la altura la fama.
Cielo azul...
MEMORIAS AVIACION COLOMBIANA
Son ya noventa años de historia en la aviación en Colombia; noventa años constituidos por empresas privadas de servicios comerciales y noventa años de una institución militar que ha surcado los cielos defendiendo la democracia del país, brindándole seguridad, educación y tecnología de la más alta calidad.
Son muchos los artículos, investigaciones y libros que citan la creación y formación de la Fuerza Aérea Colombiana. Pero es poco lo que a veces se reconoce en el hilo histórico de la aviación, el valor de la aviación comercial, la cual dio los primeros pasos, no solo en Colombia, sino en Latinoamérica.
Noventa años son apenas un paso en la gran historia de la aviación colombiana, y parte de ella se ve plasmada en el libro “De la Mula al Avión”, del ilustrísimo Guillermo Echavarria Misas, uno de los pioneros empresarios de la aviación, gerente de la desaparecida Compañía Colombiana de Navegación Aérea.
El Dr. Echavarria pertenece a los primeros empresarios quijotescos, por decirlo así, que se embarcaron en un sueño, el de traer los primeros aviones a Colombia, iniciar la navegación aérea comercial y postal. Es él quien nos ilustra a lo largo del libro las acciones, las anécdotas, el primer vuelo, la hegemonía y la decadencia de una empresa que dejo una gran huella en la historia de la aviación.
“Un buen día a mediados del mes de septiembre de 1919 un representante de casas exportadoras francesas me mostró un catálogo de aviones fabricados por la casa Henri Farman cuyos aparatos que habían operado en la primera guerra mundial, tenían mucho prestigio. El señor Farman y sus hermanos fueron pioneros de la Aviación Francesa”
Así inicia en el primer capítulo su narración don Guillermo; unas letras cálidas que nos invita a escuchar, si escuchar, ya que la historia que nos narra, invita a sentarse y sentir a su autor contando esta historia, llenas de grandes personajes, algunos recordados otros menos conocidos, pero sin apartarse de esa pasión que lo invadió por años, la aviación.
Parte de la compilación, recoge copia de documentos originales pertenecientes a don Guillermo, junto con fotografías de excelente calidad.
Un pequeño ejemplar que recomiendo, más a los siempre admiradores de la aviación y su importancia en la historia de Colombia.
Del autor podemos mencionar que nació en Medellín el 8 de octubre de 1888; gerente de la Compañía Colombiana de Navegación Aérea, miembro de la Academia Antioqueña de historia y de la Sociedad Bolivariana de Historia.
Fue condecorado en Barranquilla en 1969 por su gestión en promover la aviación comercial. En 1979 se le otorga por parte del Presidente de la República la Cruz del Mérito Aeronáutico.
Noventa años son apenas un paso en la gran historia de la aviación colombiana, y parte de ella se ve plasmada en el libro “De la Mula al Avión”, del ilustrísimo Guillermo Echavarria Misas, uno de los pioneros empresarios de la aviación, gerente de la desaparecida Compañía Colombiana de Navegación Aérea.
El Dr. Echavarria pertenece a los primeros empresarios quijotescos, por decirlo así, que se embarcaron en un sueño, el de traer los primeros aviones a Colombia, iniciar la navegación aérea comercial y postal. Es él quien nos ilustra a lo largo del libro las acciones, las anécdotas, el primer vuelo, la hegemonía y la decadencia de una empresa que dejo una gran huella en la historia de la aviación.
“Un buen día a mediados del mes de septiembre de 1919 un representante de casas exportadoras francesas me mostró un catálogo de aviones fabricados por la casa Henri Farman cuyos aparatos que habían operado en la primera guerra mundial, tenían mucho prestigio. El señor Farman y sus hermanos fueron pioneros de la Aviación Francesa”
Así inicia en el primer capítulo su narración don Guillermo; unas letras cálidas que nos invita a escuchar, si escuchar, ya que la historia que nos narra, invita a sentarse y sentir a su autor contando esta historia, llenas de grandes personajes, algunos recordados otros menos conocidos, pero sin apartarse de esa pasión que lo invadió por años, la aviación.
Parte de la compilación, recoge copia de documentos originales pertenecientes a don Guillermo, junto con fotografías de excelente calidad.
Un pequeño ejemplar que recomiendo, más a los siempre admiradores de la aviación y su importancia en la historia de Colombia.
Del autor podemos mencionar que nació en Medellín el 8 de octubre de 1888; gerente de la Compañía Colombiana de Navegación Aérea, miembro de la Academia Antioqueña de historia y de la Sociedad Bolivariana de Historia.
Fue condecorado en Barranquilla en 1969 por su gestión en promover la aviación comercial. En 1979 se le otorga por parte del Presidente de la República la Cruz del Mérito Aeronáutico.
CASA MUSEO CAPITAN ANTONIO RICAURTE
La Casa Museo Capitán Antonio Ricaurte ubicada en Villa de Leyva, Boyacá, fue utilizada ocasionalmente por la familia Ricaurte como lugar de veraneo por encontrarse cerca a Santafe de Bogotá. Allí nació el Capitán Antonio Ricaurte el 10 de Junio de 1786. Luego de que sus hijos crecieran, la familia dejó la casa y se desplazó a la Capital del Virreinato, quedando abandonada hasta 1910 cuando el Gobierno Nacional en honor al martir del combate de San Mateo, tomó posesión de ella y la utilizó como sede del Colegio Agrario Antonio Ricaurte, el cual funcionó hasta mediados del Siglo XX cuando la institución académica fue clausurada.
Posteriormente la administración local realizó algunas reparaciones a la edificación con el propósito de adecuarla como Escuela, pero este proyecto tuvo poca acogida en la comunidad y los trabajos se suspendieron. Para 1968 la Fuerza Aérea Colombiana, en vista de que había adoptado como patrono al prócer de la Independencia Capitán Antonio Ricaurte, decidió reconstruir la Casa para convertirla en Museo Histórico. De esta forma, el 1º de Diciembre del año en mención, el Ministerio de Obras Públicas hizo entrega en comodato al Fondo Rotatorio de la FAC de la edificación por un periodo de 50 años.
En 1969 se realizaron los primeros trabajos de restauración con el objetivo de rescatar la originalidad de la Casa y convertirla en Patrimonio Cultural de la Nación, por lo cual el 25 de Marzo de 1970, la Casa Museo Capitán Antonio Ricaurte abrió sus puertas al público conmemorando el aniversario de la muerte de este prócer de la Independencia Nacional y símbolo de la Aviación Militar en Colombia.
La Casa Museo Capitán Antonio Ricaurte ubicada en Villa de Leyva, Boyacá, fue utilizada ocasionalmente por la familia Ricaurte como lugar de veraneo por encontrarse cerca a Santafe de Bogotá. Allí nació el Capitán Antonio Ricaurte el 10 de Junio de 1786. Luego de que sus hijos crecieran, la familia dejó la casa y se desplazó a la Capital del Virreinato, quedando abandonada hasta 1910 cuando el Gobierno Nacional en honor al martir del combate de San Mateo, tomó posesión de ella y la utilizó como sede del Colegio Agrario Antonio Ricaurte, el cual funcionó hasta mediados del Siglo XX cuando la institución académica fue clausurada.
Posteriormente la administración local realizó algunas reparaciones a la edificación con el propósito de adecuarla como Escuela, pero este proyecto tuvo poca acogida en la comunidad y los trabajos se suspendieron. Para 1968 la Fuerza Aérea Colombiana, en vista de que había adoptado como patrono al prócer de la Independencia Capitán Antonio Ricaurte, decidió reconstruir la Casa para convertirla en Museo Histórico. De esta forma, el 1º de Diciembre del año en mención, el Ministerio de Obras Públicas hizo entrega en comodato al Fondo Rotatorio de la FAC de la edificación por un periodo de 50 años.
En 1969 se realizaron los primeros trabajos de restauración con el objetivo de rescatar la originalidad de la Casa y convertirla en Patrimonio Cultural de la Nación, por lo cual el 25 de Marzo de 1970, la Casa Museo Capitán Antonio Ricaurte abrió sus puertas al público conmemorando el aniversario de la muerte de este prócer de la Independencia Nacional y símbolo de la Aviación Militar en Colombia.
Posteriormente la administración local realizó algunas reparaciones a la edificación con el propósito de adecuarla como Escuela, pero este proyecto tuvo poca acogida en la comunidad y los trabajos se suspendieron. Para 1968 la Fuerza Aérea Colombiana, en vista de que había adoptado como patrono al prócer de la Independencia Capitán Antonio Ricaurte, decidió reconstruir la Casa para convertirla en Museo Histórico. De esta forma, el 1º de Diciembre del año en mención, el Ministerio de Obras Públicas hizo entrega en comodato al Fondo Rotatorio de la FAC de la edificación por un periodo de 50 años.
En 1969 se realizaron los primeros trabajos de restauración con el objetivo de rescatar la originalidad de la Casa y convertirla en Patrimonio Cultural de la Nación, por lo cual el 25 de Marzo de 1970, la Casa Museo Capitán Antonio Ricaurte abrió sus puertas al público conmemorando el aniversario de la muerte de este prócer de la Independencia Nacional y símbolo de la Aviación Militar en Colombia.
La Casa Museo Capitán Antonio Ricaurte ubicada en Villa de Leyva, Boyacá, fue utilizada ocasionalmente por la familia Ricaurte como lugar de veraneo por encontrarse cerca a Santafe de Bogotá. Allí nació el Capitán Antonio Ricaurte el 10 de Junio de 1786. Luego de que sus hijos crecieran, la familia dejó la casa y se desplazó a la Capital del Virreinato, quedando abandonada hasta 1910 cuando el Gobierno Nacional en honor al martir del combate de San Mateo, tomó posesión de ella y la utilizó como sede del Colegio Agrario Antonio Ricaurte, el cual funcionó hasta mediados del Siglo XX cuando la institución académica fue clausurada.
Posteriormente la administración local realizó algunas reparaciones a la edificación con el propósito de adecuarla como Escuela, pero este proyecto tuvo poca acogida en la comunidad y los trabajos se suspendieron. Para 1968 la Fuerza Aérea Colombiana, en vista de que había adoptado como patrono al prócer de la Independencia Capitán Antonio Ricaurte, decidió reconstruir la Casa para convertirla en Museo Histórico. De esta forma, el 1º de Diciembre del año en mención, el Ministerio de Obras Públicas hizo entrega en comodato al Fondo Rotatorio de la FAC de la edificación por un periodo de 50 años.
En 1969 se realizaron los primeros trabajos de restauración con el objetivo de rescatar la originalidad de la Casa y convertirla en Patrimonio Cultural de la Nación, por lo cual el 25 de Marzo de 1970, la Casa Museo Capitán Antonio Ricaurte abrió sus puertas al público conmemorando el aniversario de la muerte de este prócer de la Independencia Nacional y símbolo de la Aviación Militar en Colombia.
MAECO
MUSEO AEROESPACIAL COLOMBIANO
La Fuerza Aérea Colombiana, líder en el desarrollo aeronáutico del país, consciente de la riqueza del legado histórico de la aviación nacional, creó en 1967 el primer museo aeronáutico. Sin embargo, las limitaciones presupuestales y la ausencia de apoyo de entidades particulares llevaron a su cierre. Igual suerte corrió la Casa Museo creada en 1981 en la Escuela Militar de Aviación en Cali. Sin embargo, la Institución perseveró y, finalmente, en noviembre de 1999, se inauguró la actual sede del Museo Aeroespacial Colombiano en predios de la Base Aérea “Brigadier General (H) Camilo Daza”, sede del Comando Aéreo de Transporte Militar CATAM, en Bogotá.La Fuerza Aérea Colombiana, consciente de su deber como garante y líder en la preservación del legado aeronáutico de la nación, creó en 1968 el primer Museo Aeronáutico del país, ubicado en las instalaciones del antiguo Aeropuerto de Techo, sede hasta 1959 del Escuadrón de Transporte.
El Museo fue dotado con diversos tipos de aeronaves que habían salido del servicio, pero que se conservaban en perfecto estado. Los antiguos hangares fueron acondicionados como salas de exhibición, en donde una interesante colección de cuadros, fotografías, réplicas de aeronaves, elementos aeronáuticos y espaciales, acercaron al público al mundo de la aviación.
Cuatro años más tarde, el Museo estaba en crisis, no se contaba con personal idóneo para la administración y desarrollo de este centro cultural y algunas de las colecciones se deterioraron o se prestaron. Debido a esto, se optó por trasladar las aeronaves a predios del Comando Aéreo de Transporte Militar, CATAM, y algunos cuadros y modelos a escala fueron enviados al Cuartel General del Comando Fuerza Aérea, donde aún hoy se conservan.
Pero el sueño no murió, en 1981 se creó en la Escuela Militar de Aviación en Cali, la “Casa Museo”, acondicionada en una bella construcción que sirviera de Casa Comando en los inicios de la Unidad, auténtico patrimonio arquitectónico de la Escuela y de la ciudad.
Lamentablemente, estos centros culturales pioneros en el ámbito aeronáutico desaparecieron debido a problemas presupuestales, pero esto no detuvo la iniciativa de oficiales como el mayor Oscar Forero Racines, q.e.p.d., apasionado historiador militar, quien en 1993 creó la Academia Colombiana de Historia Aérea, adscrita a la Fuerza Aérea Colombiana como órgano consultivo, para hacer de ella el instrumento que les permitiera crear un Museo Aeroespacial Colombiano, proyecto en el que trabajó durante 18 años.
En 1998, el comandante de la Fuerza Aérea, General Héctor Fabio Velasco Chávez, conocedor y estudioso de la historia militar, apoyó el proyecto del mayor Forero y de la Academia. En 1999, el antiguo despacho de aeronaves de CATAM fue remodelado y acondicionado, a un costo de 88 millones de pesos, para convertirse en la primera sede del Museo Aeroespacial Colombiano.
Durante ese año, el mayor Forero se desempeñaba como director del Museo Militar del Comando General de las Fuerzas Militares, ubicado en el centro de Bogotá, pero ante la necesidad de contar con su asesoría y profesionalismo en el proceso de creación y desarrollo del Museo Aeroespacial, el Comando de la Fuerza Aérea ordenó el término de su comisión. Lamentablemente, en febrero de 2000, durante una intervención quirúrgica falleció, sin lograr poner en marcha su sueño.
El 16 de agosto de 2000 se creó la Sección Patrimonio Histórico y Cultural del Comando de la Fuerza Aérea, teniendo como objetivo principal el funcionamiento del Museo Aeroespacial Colombiano, su continuidad y desarrollo, además de asesorar al Comando de la Fuerza en los asuntos relacionados con la preservación, estudio, divulgación y aprovechamiento del legado histórico, cultural, tecnológico y científico, actividad para la que fue nombrado el mayor Raúl Eduardo Gutiérrez Gómez, piloto.
La Sección estuvo conformada inicialmente por un oficial, un suboficial y una secretaria, a quienes les correspondió la adquisición y adecuación de los elementos para ser exhibidos en las salas internas, la obtención de los recursos para restaurar las aeronaves del Parque Aeronáutico y la conformación de una planta de personal adecuada para cumplir con las actividades propias de un Museo.
Simultáneamente, se diseñó un ambicioso plan de adecuación y dotación de las salas: se visitaron Unidades Aéreas y personajes que pudieran aportar elementos para conformar una colección. Poco tiempo después de iniciar actividades, se adecuaron las oficinas del área administrativa y del futuro Centro de Investigaciones Histórico Aeronáuticas.
El 14 de abril de 2001 se abrieron las puertas al público. El apoyo de la familia del mayor Oscar Forero Racines fue fundamental en este proceso con el préstamo de la colección privada de su esposo y padre.
Uno de los logros más importantes ha sido conformar el Centro de Investigaciones Histórico-Aeronáuticas de la Fuerza Aérea, CIHFA, único en las Fuerzas Militares de Colombia, que cuenta con dos historiadores profesionales, uno egresado de la Universidad del Valle y otro de la Universidad de Antioquia, incorporados a la Fuerza Aérea como Oficiales del Cuerpo Administrativo los subtenientes Nohora Gutiérrez y Yesid Peña, quienes se convirtieron en los pioneros de esta especialidad en la Fuerza Pública.
El propósito del CIHFA es complementar el proceso de desarrollo de la doctrina institucional a través del estudio y análisis histórico de las operaciones aéreas y de las actividades institucionales; por otra parte, es un elemento fundamental para el desarrollo del Museo, ya que se convierte en fuente de consulta para quienes deseen o necesiten conocer sobre el devenir aeronáutico nacional, y se encarga de registrar, clasificar, archivar, preservar y manejar la documentación histórica, así como, el material fotográfico de la aviación nacional.
Entre los proyectos del Museo está la creación de una Fundación o Asociación de Amigos del Museo y del Centro Histórico; la creación de un programa de visitas para niños y jóvenes de bajos recursos provenientes de otras ciudades; la conformación de la primera biblioteca aeronáutica del país, y la consolidación de la red de museos militares y de policía para fomentar la creación de nuevos centros históricos, culturales y tecnológicos a lo largo y ancho del territorio nacional.
Cuatro años más tarde, el Museo estaba en crisis, no se contaba con personal idóneo para la administración y desarrollo de este centro cultural y algunas de las colecciones se deterioraron o se prestaron. Debido a esto, se optó por trasladar las aeronaves a predios del Comando Aéreo de Transporte Militar, CATAM, y algunos cuadros y modelos a escala fueron enviados al Cuartel General del Comando Fuerza Aérea, donde aún hoy se conservan.
Pero el sueño no murió, en 1981 se creó en la Escuela Militar de Aviación en Cali, la “Casa Museo”, acondicionada en una bella construcción que sirviera de Casa Comando en los inicios de la Unidad, auténtico patrimonio arquitectónico de la Escuela y de la ciudad.
Lamentablemente, estos centros culturales pioneros en el ámbito aeronáutico desaparecieron debido a problemas presupuestales, pero esto no detuvo la iniciativa de oficiales como el mayor Oscar Forero Racines, q.e.p.d., apasionado historiador militar, quien en 1993 creó la Academia Colombiana de Historia Aérea, adscrita a la Fuerza Aérea Colombiana como órgano consultivo, para hacer de ella el instrumento que les permitiera crear un Museo Aeroespacial Colombiano, proyecto en el que trabajó durante 18 años.
En 1998, el comandante de la Fuerza Aérea, General Héctor Fabio Velasco Chávez, conocedor y estudioso de la historia militar, apoyó el proyecto del mayor Forero y de la Academia. En 1999, el antiguo despacho de aeronaves de CATAM fue remodelado y acondicionado, a un costo de 88 millones de pesos, para convertirse en la primera sede del Museo Aeroespacial Colombiano.
Durante ese año, el mayor Forero se desempeñaba como director del Museo Militar del Comando General de las Fuerzas Militares, ubicado en el centro de Bogotá, pero ante la necesidad de contar con su asesoría y profesionalismo en el proceso de creación y desarrollo del Museo Aeroespacial, el Comando de la Fuerza Aérea ordenó el término de su comisión. Lamentablemente, en febrero de 2000, durante una intervención quirúrgica falleció, sin lograr poner en marcha su sueño.
El 16 de agosto de 2000 se creó la Sección Patrimonio Histórico y Cultural del Comando de la Fuerza Aérea, teniendo como objetivo principal el funcionamiento del Museo Aeroespacial Colombiano, su continuidad y desarrollo, además de asesorar al Comando de la Fuerza en los asuntos relacionados con la preservación, estudio, divulgación y aprovechamiento del legado histórico, cultural, tecnológico y científico, actividad para la que fue nombrado el mayor Raúl Eduardo Gutiérrez Gómez, piloto.
La Sección estuvo conformada inicialmente por un oficial, un suboficial y una secretaria, a quienes les correspondió la adquisición y adecuación de los elementos para ser exhibidos en las salas internas, la obtención de los recursos para restaurar las aeronaves del Parque Aeronáutico y la conformación de una planta de personal adecuada para cumplir con las actividades propias de un Museo.
Simultáneamente, se diseñó un ambicioso plan de adecuación y dotación de las salas: se visitaron Unidades Aéreas y personajes que pudieran aportar elementos para conformar una colección. Poco tiempo después de iniciar actividades, se adecuaron las oficinas del área administrativa y del futuro Centro de Investigaciones Histórico Aeronáuticas.
El 14 de abril de 2001 se abrieron las puertas al público. El apoyo de la familia del mayor Oscar Forero Racines fue fundamental en este proceso con el préstamo de la colección privada de su esposo y padre.
Uno de los logros más importantes ha sido conformar el Centro de Investigaciones Histórico-Aeronáuticas de la Fuerza Aérea, CIHFA, único en las Fuerzas Militares de Colombia, que cuenta con dos historiadores profesionales, uno egresado de la Universidad del Valle y otro de la Universidad de Antioquia, incorporados a la Fuerza Aérea como Oficiales del Cuerpo Administrativo los subtenientes Nohora Gutiérrez y Yesid Peña, quienes se convirtieron en los pioneros de esta especialidad en la Fuerza Pública.
El propósito del CIHFA es complementar el proceso de desarrollo de la doctrina institucional a través del estudio y análisis histórico de las operaciones aéreas y de las actividades institucionales; por otra parte, es un elemento fundamental para el desarrollo del Museo, ya que se convierte en fuente de consulta para quienes deseen o necesiten conocer sobre el devenir aeronáutico nacional, y se encarga de registrar, clasificar, archivar, preservar y manejar la documentación histórica, así como, el material fotográfico de la aviación nacional.
Entre los proyectos del Museo está la creación de una Fundación o Asociación de Amigos del Museo y del Centro Histórico; la creación de un programa de visitas para niños y jóvenes de bajos recursos provenientes de otras ciudades; la conformación de la primera biblioteca aeronáutica del país, y la consolidación de la red de museos militares y de policía para fomentar la creación de nuevos centros históricos, culturales y tecnológicos a lo largo y ancho del territorio nacional.
NOTICIA DE SEGURIDAD AEREA
El pasado 24,25 y 26 de Mayo se realizo el primer reentrenamiento en Seguridad Aérea del año 2010 en el Centro Vacacional La Palmara
Dicho estaba dirigido a los jefes de Departamentos de Seguridad Aérea de las Unidades con participación del personal integrante del Departamento de Seguridad Aérea del Segundo Comando de la Fuerza Aérea y el personal del Departamento de Investigación de Accidentes Aéreos de la Inspección General.
En este evento se trataron temas relacionados con la normatividad vigente en procedimientos de Seguridad Aérea en cuanto a la prevención e investigación de accidentes aéreos, igualmente se estandarizaron y documentaron procedimientos con el fin de minimizar riesgos y prevenir eventos de Seguridad Aérea.
En este evento se trataron temas relacionados con la normatividad vigente en procedimientos de Seguridad Aérea en cuanto a la prevención e investigación de accidentes aéreos, igualmente se estandarizaron y documentaron procedimientos con el fin de minimizar riesgos y prevenir eventos de Seguridad Aérea.
HISTORIA DE LA AVIACIÓN
Colombia comenzó a ser testigo de los prodigios de la navegación aérea el 12 de junio de 1893, cuando el argentino José Maria Flores se elevó sobre Popayán a bordo de un globo inflado con gas de petróleo. Flores hizo un vuelo similar sobre Bogotá el 27 de octubre de 1845, desde el patio principal del colegio mayor de Nuestra Señora del Rosario. Sus hazañas tuvieron como escenario posterior las ciudades de Medellín, Barranquilla y Tunja. Veinte años después, el mexicano Antonio Guerrero ofreció una exhibición en el Parque Berrío de Medellín: allí colgado de un globo, realizó todo tipo de piruetas que hicieron las delicias de los espectadores. Los anales de la aviación civil registran asimismo al canadiense John Smith, quien hizo en Barranquilla un vuelo de acrobacia deportiva, en diciembre de 1912. Más adelante, Smith, un joven de 21 años, se trasladó a Medellín, donde, el 26 de enero de 1913, efectuó un vuelo sobre la ciudad, a bordo de un avión Farman.
Después llegó a Barranquilla el norteamericano Knox Martín, quien habiendo entablado amistad con Carlos Obregón y Ulpiano Valenzuela, los acompañó a Estados Unidos donde adquirieron un avión Curtis Standard construido en madera y tela, propulsado por un motor de 150 HP para hacer deportes, acrobacias y vuelos cortos. Esta fue la famosa aeronave en la cual Martín hizo su primer vuelo de correo el 18 de junio de 1919, al cual invitó a Mario Santo Domingo.
HiStoRiA AViAciOn ColOMbIaNA
En septiembre de 1919, Guillermo Echavarria Misas recibió un catálogo de los aviones fabricados por la casa de Henry Farman y sus hermanos, pioneros de la aviación francesa. Esta circunstancia hizo que Echavarria Misas motivara a su padre, Alejandro Echavarria, para que con un grupo de amigos, conformara la compañía Colombiana de Navegación Aérea. La compañía despegó con cuatro aviones F-40 de cuatro sillas, con cabina descubierta y motor atrás, así como un avión F-60 tipo Goliat, con capacidad para 14 personas. Este era el aeroplano de moda, por haber hecho, sin escalas un vuelo desde la capital francesa hasta Casablanca en África.
El 3 de septiembre de 1919, el presidente Marco Fidel Suárez suscribía un documento que otorgaba a la empresa recién constituida el derecho a transportar correo aéreo y pasajeros en el territorio Colombiano. En enero de 1920 llegaron a Cartagena los dos primeros aviones Farman. Allí fue necesario construir un hangar que pudiera recibir tanto a los aviones que tenían ruedas como a los provistos de flotadores. El hangar fue construido en Boca grande, en los terrenos donde hoy se levanta el hotel Caribe.
El 15 de febrero de 1920, monseñor Pedro Adán Briosci bendijo el avión "Cartagena" que, en su vuelo inaugural sobre bahía, llevó a bordo al alcalde de la ciudad, a la reina de la ciudad Tulia Martínez Martelo y a Guillermo Echavarria, gerente de la empresa aérea. El 22 de febrero se inauguraron los vuelos entre Cartagena y Barranquilla con cuatro kilos de correo. Uno de los primeros pasajeros fue el general Benjamín Herrera, quien realizó el 3 de marzo un vuelo entre las dos ciudades. Días después, el F-40 llevó de Cartagena a Barranquilla a Eduardo de la Espriella y a Mario Santo Domingo, padre, quienes fueron los primeros pasajeros con tiquete pagado que volaron a otra ciudad. Con la llegada del avión Goliat, de gran versatilidad para la época, la Compañía Colombiana de Navegación Aérea comenzó a extender sus vuelos a Santa Marta y luego a Medellín y Bogotá. Ya para entonces pilotaban las aeronaves dos aviadores franceses que habían participado en la primera guerra mundial: Jacques Jourdanet y Rene Bazín. El capitán Jourdanet tuvo que viajar de Cartagena a Medellín a través del río Magdalena y trasladarse posteriormente a lomo de mula a Bogotá para buscar terrenos, combustible, repuestos y todo lo necesario para establecer talleres y campos de aterrizaje, toda vez que en ese entonces cada compañía debía construir aeródromos para sus servicios particulares.
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