lunes, 11 de octubre de 2010

MAECO

MUSEO AEROESPACIAL COLOMBIANO
La Fuerza Aérea Colombiana, líder en el desarrollo aeronáutico del país, consciente de la riqueza del legado histórico de la aviación nacional, creó en 1967 el primer museo aeronáutico. Sin embargo, las limitaciones presupuestales y la ausencia de apoyo de entidades particulares llevaron a su cierre. Igual suerte corrió la Casa Museo creada en 1981 en la Escuela Militar de Aviación en Cali. Sin embargo, la Institución perseveró y, finalmente, en noviembre de 1999, se inauguró la actual sede del Museo Aeroespacial Colombiano en predios de la Base Aérea “Brigadier General (H) Camilo Daza”, sede del Comando Aéreo de Transporte Militar CATAM, en Bogotá.

La Fuerza Aérea Colombiana, consciente de su deber como garante y líder en la preservación del legado aeronáutico de la nación, creó en 1968 el primer Museo Aeronáutico del país, ubicado en las instalaciones del antiguo Aeropuerto de Techo, sede hasta 1959 del Escuadrón de Transporte.
El Museo fue dotado con diversos tipos de aeronaves que habían salido del servicio, pero que se conservaban en perfecto estado. Los antiguos hangares fueron acondicionados como salas de exhibición, en donde una interesante colección de cuadros, fotografías, réplicas de aeronaves, elementos aeronáuticos y espaciales, acercaron al público al mundo de la aviación.

Cuatro años más tarde, el Museo estaba en crisis, no se contaba con personal idóneo para la administración y desarrollo de este centro cultural y algunas de las colecciones se deterioraron o se prestaron. Debido a esto, se optó por trasladar las aeronaves a predios del Comando Aéreo de Transporte Militar, CATAM, y algunos cuadros y modelos a escala fueron enviados al Cuartel General del Comando Fuerza Aérea, donde aún hoy se conservan.

Pero el sueño no murió, en 1981 se creó en la Escuela Militar de Aviación en Cali, la “Casa Museo”, acondicionada en una bella construcción que sirviera de Casa Comando en los inicios de la Unidad, auténtico patrimonio arquitectónico de la Escuela y de la ciudad.

Lamentablemente, estos centros culturales pioneros en el ámbito aeronáutico desaparecieron debido a problemas presupuestales, pero esto no detuvo la iniciativa de oficiales como el mayor Oscar Forero Racines, q.e.p.d., apasionado historiador militar, quien en 1993 creó la Academia Colombiana de Historia Aérea, adscrita a la Fuerza Aérea Colombiana como órgano consultivo, para hacer de ella el instrumento que les permitiera crear un Museo Aeroespacial Colombiano, proyecto en el que trabajó durante 18 años.

En 1998, el comandante de la Fuerza Aérea, General Héctor Fabio Velasco Chávez, conocedor y estudioso de la historia militar, apoyó el proyecto del mayor Forero y de la Academia. En 1999, el antiguo despacho de aeronaves de CATAM fue remodelado y acondicionado, a un costo de 88 millones de pesos, para convertirse en la primera sede del Museo Aeroespacial Colombiano.

Durante ese año, el mayor Forero se desempeñaba como director del Museo Militar del Comando General de las Fuerzas Militares, ubicado en el centro de Bogotá, pero ante la necesidad de contar con su asesoría y profesionalismo en el proceso de creación y desarrollo del Museo Aeroespacial, el Comando de la Fuerza Aérea ordenó el término de su comisión. Lamentablemente, en febrero de 2000, durante una intervención quirúrgica falleció, sin lograr poner en marcha su sueño.

El 16 de agosto de 2000 se creó la Sección Patrimonio Histórico y Cultural del Comando de la Fuerza Aérea, teniendo como objetivo principal el funcionamiento del Museo Aeroespacial Colombiano, su continuidad y desarrollo, además de asesorar al Comando de la Fuerza en los asuntos relacionados con la preservación, estudio, divulgación y aprovechamiento del legado histórico, cultural, tecnológico y científico, actividad para la que fue nombrado el mayor Raúl Eduardo Gutiérrez Gómez, piloto.

La Sección estuvo conformada inicialmente por un oficial, un suboficial y una secretaria, a quienes les correspondió la adquisición y adecuación de los elementos para ser exhibidos en las salas internas, la obtención de los recursos para restaurar las aeronaves del Parque Aeronáutico y la conformación de una planta de personal adecuada para cumplir con las actividades propias de un Museo.

Simultáneamente, se diseñó un ambicioso plan de adecuación y dotación de las salas: se visitaron Unidades Aéreas y personajes que pudieran aportar elementos para conformar una colección. Poco tiempo después de iniciar actividades, se adecuaron las oficinas del área administrativa y del futuro Centro de Investigaciones Histórico Aeronáuticas.

El 14 de abril de 2001 se abrieron las puertas al público. El apoyo de la familia del mayor Oscar Forero Racines fue fundamental en este proceso con el préstamo de la colección privada de su esposo y padre.

Uno de los logros más importantes ha sido conformar el Centro de Investigaciones Histórico-Aeronáuticas de la Fuerza Aérea, CIHFA, único en las Fuerzas Militares de Colombia, que cuenta con dos historiadores profesionales, uno egresado de la Universidad del Valle y otro de la Universidad de Antioquia, incorporados a la Fuerza Aérea como Oficiales del Cuerpo Administrativo los subtenientes Nohora Gutiérrez y Yesid Peña, quienes se convirtieron en los pioneros de esta especialidad en la Fuerza Pública.

El propósito del CIHFA es complementar el proceso de desarrollo de la doctrina institucional a través del estudio y análisis histórico de las operaciones aéreas y de las actividades institucionales; por otra parte, es un elemento fundamental para el desarrollo del Museo, ya que se convierte en fuente de consulta para quienes deseen o necesiten conocer sobre el devenir aeronáutico nacional, y se encarga de registrar, clasificar, archivar, preservar y manejar la documentación histórica, así como, el material fotográfico de la aviación nacional.

Entre los proyectos del Museo está la creación de una Fundación o Asociación de Amigos del Museo y del Centro Histórico; la creación de un programa de visitas para niños y jóvenes de bajos recursos provenientes de otras ciudades; la conformación de la primera biblioteca aeronáutica del país, y la consolidación de la red de museos militares y de policía para fomentar la creación de nuevos centros históricos, culturales y tecnológicos a lo largo y ancho del territorio nacional.

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